viernes, 12 de abril de 2013

EL EXORCISMO DE MARY JOE. Parte 1. "SOR AGATHA".

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA MARÍA AUXILIADORA DEL PECADOR TEMEROSO DE DIOS. (En Un Pueblo De Toledo).
La abadesa Sor Alfonsina había reunido a todas las hermanas del convento para darles una charla acerca de como se encontraba en aquellos momentos dificiles de crisis la situación económica del convento de Nuestra Señora María Auxiliadora Del Pecador Temeroso De Dios.
Se hallaban todas en el refectorio del convento sumidas en un silencio total. La luz que atravesaba los ventanales era de un día gris lluvioso, hacia tanto frío que soltaban vaho al respirar.
Sor Magdalena, Sor Angustias, Sor Piedad y Sor Adriana sabían que ellas serían un punto muy especial del total del discurso que iba a lanzar la hermana superiora aquella tarde de invierno. Nerviosas sacudían el cordel de sus habitos.
Sor Alfonsina se encontraba sentada en la mesa donde comían a diario. Al rededor de la misma se encontraban la abadesa, la hermana tesorera  Sor Mina y la adorable por todas y fruto del noventa por ciento de los ingresos brutos del convento, Sor Agatha. La joven permanecia casi inmóvil mirando a sus manos entrelazadas. Su tez era blanca como la nieve y sus labios rojizos carnosos. Sus ojos verdes eran como las hojas de los rosales que florecían en el claustro.
- Bien queridas hermanas. Estamos hoy aquí todas reunidas para discutir y tratar de mejorar los recursos monetarios del convento. Como bien saben, la diócesis es incapaz de sostener este refugio de espiritualidad. Gracias a la hermana Sor Agatha, señalo con su mano derecha  hacia donde se encontraba la joven. Es el noventa por ciento de los ingresos totales del convento, pero la pobre aún teniendo la juventud por sus venas se encuentra agotada y este último mes hemos reducido el ingreso casi a la mitad. Hay que cuidar de Sor Agatha, mimarla, agasajarla con todo lo que desee aun sabiendo todas que ella es de poco pedir, tan sencilla nos la mandó Dios.
- Por otro lado.- De repente el tono suave y lleno de dulzura de hacía unos segundos cambio a un todo más susceptible lleno de reproche.- La fabricación de dulces como "Las Pompas de Santa Cordelia" o "Las Milojas Santa Ramona"  y demás resposteria ha bajado casi en su totalidad.- Sor Alfonsina se levanto las gafas para pode ver de lejos a las hermanas reposteras Sor Magdalena, Sor Angustias, Sor Piedad y Sor Adriana.- No dudo de su profesionalidad pero los hacen extremadamente dulces. !Y ustedes se preguntarán¡. ¿Qúe problema hay en que un dulce sea precisamente dulce?. Pues muy fácil.- Alzó la voz levantandose de la silla y dando un golpe con la mano sobre la mesa.- A nuestros clientes les sube el azúcar. Si a nuestros clientes le sube el azúcar la seguridad social se masifica y todos saben el porqué de esas subidas de acar, saben que son por nuestros dulces. Desde el pueblo nos miran como diciendo: "ahí van esas que se están cargando a media población de ancianos". Y queridas hermanas lo dicen con desprecio.
- Madre nuestros dulces se realizan con las mismas recetas desde la edad media.- Contesto Sor Magdalena.
- !Ese es el problema hija miaaaaaaa¡.- exclamó como diciendo tú misma lo acabas de decir.- Que ya no estamos en la edad media. Hay que renovarse o morir.
- Señora abadesa. Yo siempre he estado a favor de las nuevas tecnologías en cuestiones de repostería.- Dijo sor Piedad, pero la hermana Sor Magdalena es tan antigua que no me hace caso. Pienso que a las delicias de "Las Pompas De Santa Cordelia" se le podría añadir la mitad de harina y huevo, serían mucho más ligeras, por supuesto utilizando edulcorantes en este caso sin azúcar.
La hermana Magdalena lanzo una mirada inquisidora a Sor Piedad como diciendo "ya te pillaré en el horno".
Sor Agatha escuchaba la conversación ensimismada mirando el cielo gris de aquel día. Sus manos comenzaron a sudar y de repente comenzó a encontrarse mareada. Bebió un poco de agua pero el mareo continuaba. Al fondo del refectorio encima de la puerta de entrada había un Jesús crucificado. Sor Agatha pudo ver como los ojos del Cristo se fijaban en ella como si los tuviera junto a dos palmos delante de sus ojos cuando en realidad había muchos metros por delante.
Agatha desvió la mirada, a esas alturas ya había perdido el hilo de la conversación. Se encontraba mareada y comenzaba a sentir esa fuerza que tiraba de ella desde el pecho hacia fuera y  descargaba como una corriente electrica de pasión espiritual hasta su entre pierna. No pudo sofocar un lamento de placer divino.
-!Aaayyy¡. Madre estoy comenzando a sentir la fuerza de Cristo en mi. Me encuentro indispuesta. Me gustaría retirarme a mi celda para descansar.
La Abadesa Sor Alfonsina se levanto preocupada, palpó la frente de sor Agatha, colocó los labios en la misma.
- Es cierto su temperatura a aumentado como siempre que le sucede lo que todas sabemos. Rápido llevarla a su celda y que descanse. Recen a los pies de su cama 39 Ave Marías y 105 Padres nuestros. !Sor Magdalena, Sor Piedad¡ acompañen a nuestra hermana inmediatamente y no olviden sus rezos en silencio para no molestarla.

BREVE HISTORIA DE SOR AGATHA Y SUS REVELACIONES DIVINAS.
Agatha nació en "Baia Mare" un pueblecito de Bucarest Rumanía. Pasó su juventud en el campo recolectando manzanas para venderlas en el mercado del pueblo. Era casi una niña pues no contaba con mas de 16 años de edad y en aquella época todavía ciertas edades eran reconocidas como niñez o juventud temprana. Fue en esos años cuando Agatha era muy feliz en Baia Mare. Sus padres y hermanas la adoraban pues tenia un corazón enorme, nada era suyo, todo lo daba. Los padres días depués de la catástrofe pensaron que ese había sido precisamente el problema, que todo lo daba.
Agatha fue salvajemente violada por dos vagabundos que pasaron por las tierras de la familia. Sucedió al atardecer. Agatha jugaba cerca de un riachuelo. El agua era pura y clara. Las flores y setos la rodeaban las mariposas revoloteaban a su alrededor. Los vagabundos vieron como la joven de pechos tersos se bañaba con un camison blanco transparente pues estaba mojado por el agua fresca del riachuelo. Se acercaron rápidamente a ella y la violaron. Así de imprevisto, así de rápido, así de cruel y catastrófico.
Los vagabundos fueron capturados por las autoridades del pueblo de Baia Mare y condenados a muerte por el populacho. Nadie podía creer que la joven y dulce Agatha criatura de Dios hubiera sufrido los ardores sexuales de aquellos monstruos.
Los violadores pasaron siete días en los calabozos. Se le oía gritar, lamentarse, rogar a Dios. !Qué Dios les iba a escuchar con el daño que habían hecho¡.
- Señor. Nos hemos quedado impotentes.- Confesó uno de los vagabundos.
- El comisario jefe no daba crédito a lo que aquel malhechor decía.- ¿Como dices?.
- Señor mi amigo y yo nos hemos quedado impotentes.
- ¿Y como pueden saberlo?. !Si no han podido probar moza¡.
- Vera su señoría es que mi amigo y yo somos amantes. Y por el aburrimiento y vicio nos ha dado por hacer el amor y nada impotentes totales. Nuestro deseo sexual ha desaparecido por completo, como castrados.- Lloraba el vagabundo.
Aquel suceso corrió entre los habitantes de Baia Mare como la pólvora. Los malhechores habían sido castigados por la mano de Dios volviéndolos completamente impotentes. La joven Agatha pasó a ser una pequeña Santa redentora del pecado carnal.
El comisario jefe junto al párroco de la iglesia de San Agustino pidieron a los padres de Agatha un pequeño sacrificio. Cogerían al tonto del pueblo conocido por su vicio sexual y pasaría un rato con la joven Agatha. Los padres aceptaron. El pobre tonto del pueblo una vez probó la dulce miel de Agatha quedo impotente de por vida. El sexo para el había desaparecido de su mente.
Sin duda Baia Mare tenia una Santa. Santa Agatha La Castradora.  

CONVERSACION DESESPERADA AL REDEDOR DEL CLAUSTRO DEL CONVENTO.
El nerviosismo se podía cortar con los cuchillones de cocina de Sor Petronila la cocinera. La abadesa Sor Alfonsina paseaba al rededor del claustro junto a la tesorera Sor Mina.
- Hermana Mina. Estamos al borde del cierre del convento. No me importa mucha la verdad, llevo años sirviendo a la iglesia y a este convento. Lo que me preocupa es la hermanas Sor Agatha. Tenemos que cuidarla lo máximo posible de ella depende nuestro bienestar económico.
- Señora abadesa. La idea de Sor Adriana de  plantar nabos en el huerto que apenas explotamos es muy buena. Podríamos cultivar verduras ecológicas y todo ese royo moderno.
- No diga tonterías Sor Mina. Usted sabe perfectamente que un campo de nabos no nos sacará de la miseria. Aunque prefiero que las hermanas estén ocupadas en algo y no estén pesando todo el día en Sor Agatha y su Don. Las descentra de sus rezos y obligaciones para con Dios. Dé la orden de abrir el huerto y plante toda clase de hortalizas, no nos servirá de mucho pero sí desviaremos el tema de Sor Agatha.
- Madre superiora. Sor Agatha se mejorará, solo tenemos que dejar de llevarla a la penitenciaria para que realice sus "milagros". Un par de semanas con una buena dieta y estará completamente perfecta. Dejalo en mis manos.
- Sor Mina. El director de la penitenciaria Don Eduardo Bachiller requiere los favores de sor Agatha cada semana. Si nos retrasamos dos semanas los ingresos bajaran tanto que tendremos que comer agua caliente con un trozo de patata.
La hermana Alfonsina despidió a Sor Mina para que ordenara los libros de contabilidad. Alfonsina quería estar pendiente de la joven en todo lo que necesitase, rezos, buena comida, descanso total. Aún así se encontraba muy nerviosa.
Se dirigió ha su despacho. Una habitación repleta de muebles de roble con estanterías llenas de libros. En las paredes habían cuadros de Jesucristo y Ángeles luchando contra demonios. Se sentó en su escritorio, abrió con una llave que saco de debajo del habito un pequeño cajón retorneado con florituras de madera y una cerradura dorada. Saco una tableta de pastillas y tomo dos sin beber agua. Dejó el medicamento sobre la mesa en el que se podía leer Orfidal 2 mg.

GRAN VÍA. MADRID. UNA MAÑANA DE FRÍO INVIERNO.
El apartamento se encontraba en semipenunbra.No habían dado la siete de la mañana y la chica de la limpieza no llegaba hasta las ocho en punto.
Margarita Rotenberger DeStradivarios De Todos Los Santos dormitaba en su cama con dosel. Los efectos de la ginebra y el prozac consumidos la noche anterior había hecho el efecto deseado, dormir plácidamente sin agobios en la cabeza. (Que si fulana, que si mengana, que si Chanel O Prada. Que si sierra o playa).
Por la ventana entraba una ligera luminosidad propia de la Gran Vía Madrileña. El despertador marcaba las siete y media. El az de luz reflejando la hora lo hacía en el techo del dormitorio en números grandes. Margarita siempre pensó porqué se habría comprado ese maldito reloj con los números tan grandes y proyectados en  el techo, le recordaba el paso del tiempo y la amenazante llegada de unas arrugas llamando a la puerta de su madurez.
Mas tarde ya arreglada como quien va a la ópera. Un traje Chanel color verde oscuro. Unas discretas perlas al rededor del cuello. Un moño estilo Audrey Herpburn y unos zapatos de valentino de tacón altísimo con la planta en el mismo tono verde del vestido. 
Tomaba café bien caliente que lo acababa de hacer Rodolfa, la chica colombiana que tenia desde hace años como asistenta. Miraba  caer la lluvia por la ventana de la cocina de diseño, todo metalizado y recordó en ese mismo instante que aquella precisa tarde le tocaba a ella realizar la reunión de amigas para la hora del té. La ultima vez en casa de Rita P, los dulces fueron un verdadero asco. Estaba pensando que quizás en la pastelería más selecta de Madrid encontrase lo que ella necesitaba para sus club de "más mejores amigas".
- Rodolfa. ¿Sabe usted de alguna pastelería donde los dulces sean exclusivos?.- Pregunto como si tal cosa.
- Señorita no suelo frecuentar pastelerías caras. Pero no muy lejos de aquí en n pueblo de Toledo hay un convento donde hacen unas delicias divinas al paladar. Mi marido me lleva los fines de semana y siempre terminamos comprando un surtido para el desayuno del domingo.
- Y ¿como dice que se llama ese convento?- Pregunto Margarita abrochandose los guantes de Versace y colocándose las gafas de Armani a punto de coger el bolso Vuittton para salir de inmediato.
- Convento De Nuestra Señora María Auxiliadora Del Pecador Temeroso De Dios.
- Muchas gracias Rodolfa. No estaré para el almuerzo pero si para la hora del té. tenga preparado el juego de te ingles que me regalo el conde de Winchester para las cinco en puto.
Abrió la puerta marcando antes el código de desactivación de la alarma y salió por la puerta con paso decidido. Margarita era siempre muy decidida en todo.
- Adiós señora. Contesto Rodolfa dos segundos después de cerrarse la puerta. 

Continuará.....

                                  
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